viernes, 11 de noviembre de 2016

¿Qué podemos hacer para manejar las rabietas fuera de casa?

Manejar las rabietas puede ser un desafío complicado para familias y educadores. Conociendo el origen de las rabietas y con algunas reglas podemos poco a poco aprender a manejarlas. Sin embargo, cuando las rabietas ocurren en medio de la calle, o en lugares públicos, la cosa se complica. Podemos sentirnos avergonzados, apurados, deseamos que la rabieta acabe lo antes posible y no sabemos muy bien cómo reaccionar, ya que en ocasiones nos sentimos observados y no siempre es la situación adecuada para dejar pasar la rabieta.

Las rabietas fuera de casa

Los niños aprenden muy deprisa, con frecuencia usan las rabietas para expresar su frustración y para conseguir lo que quieren. A veces, las rabietas en casa no les sirven para nada, pero han aprendido que fuera de casa sus rabietas pueden ser más efectivas. Cuando el niño tiene una rabieta fuera de casa, los padres a menudo se avergüenzan y quieren cortar el estallido lo antes posible. Una manera rápida de acabar con la rabieta es dar al niño lo que quiere. Además en público es normal que otras personas se acerquen que convenzan a los padres y que refuercen la conducta del niño.
La rabieta en público puede convertirse en un verdadero desafío para muchas familias. Las salidas a un restaurante, a tomar algo, al centro comercial, e incluso al parque pueden convertirse en situaciones de rabietas y tensión. Hasta tal punto que a veces los padres, evitan ciertas salidas por no tener que enfrentarse a la posible rabieta.

¿Qué podemos hacer para manejar las rabietas fuera de casa?


  • En primer lugar, es fundamental que entendáis las rabietas como algo natural de su desarrollo y no lo toméis como algo personal. Entender las rabietas nos puede ayudar a mantener la calma en las situaciones de tensión.
  • Es importante manejar las rabietas en diferentes situaciones. Para ello empezaremos por hacerlo en casa, que es un entorno más controlado, los consejos para hacerlo en casa son:
    • Mantener la calma.
    • No hacer caso a la rabieta. Evitaremos prestar atención para no reforzar esa conducta.
    • Esperar a que se calme para hablar con ellos.
    • No ceder a sus imposiciones, ni entrar en su juego.
    • Hablar con ellos cuando estén calmados.
    • Servir como ejemplo y no reaccionar nosotros con “rabietas” o estallidos ante la frustración.
  • Fuera de casa, es más difícil hacer todo esto, ya que la situación no siempre es la más adecuada. Pero aun así debemos saber que lo que aprenden en casa poco a poco lo van generalizando a otras situaciones si lo reforzamos de manera adecuada. Además podemos seguir los siguientes consejos:
    • Antes de salir, explicarle lo qué vamos a hacer y lo qué puede esperar. De este modo le avisamos y evitamos futuras frustraciones y rabietas.
    • Dile cómo esperas que se comporte, en este punto explícale las conductas que esperas. Decirle pórtate bien y no te portes mal es muy ambiguo y el niño no siempre sabe lo que entendemos. Se trata de decirle que es lo que esperamos como por ejemplo: no tienes que enfadarte si no te compramos algo, no tienes que pelear con tu hermano, etc. Empezaremos por pocas y pequeñas cosas que debe ir cumpliendo.
    • Refuerza cuando cumpla con lo que antes de salir de casa le has recordado. Puedes hasta hacer una tabla de puntos.
  • Si aun así estalla la rabieta, trata de distraer su atención con otra cosa antes que sea demasiado tarde.
  • Y si finalmente aparece la rabieta, intentaremos seguir los consejos que seguimos en casa.


Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga
@educa_aprende
© 2016 Rabietas en publico. Escuela de padres. Educa y aprende

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